Adiós al menú: cómo ampliar el alcance de la intercesoría Una publicación de la Iniciativa demostrativa sobre los servicios ante la agresión sexual(SADI, por sus siglas en inglés) Autora principal Kelly Wilt, del Proyecto Nacional de Recursos Compartidos expresiones de gratitud Una publicación de la Iniciativa demostrativa sobre los servicios ante la agresión sexual (SADI, por sus siglas en inglés) Realizada por el Proyecto Nacional de Recursos Compartidos entre Coaliciones contra la Agresión Sexual (RSP, por sus siglas en inglés) y el Centro Nacional de Recursos ante la Violencia Sexual (NSVRC, por sus siglas en inglés) Autora principal Kelly Wilt, del Proyecto Nacional de Recursos Compartidos Co-creada con la sabiduría, perspectivas y experiencia del personal pasado y actual del Proyecto Nacional de Recursos Compartidos, el Centro nacional de recursos ante la violencia sexual, la Organización nacional de asiáticos e isleños del pacífico contra la violencia sexual, y la Coalición de mujeres indígenas contra la agresión sexual en Minnesota: Elizabeth Barnhill, Kris Bein, Valerie Davis, Cat Fribley, Maria Jirau-Torres, Nina Jusuf, Sally Laskey, Guadalupe Lopez, Nicole Matthews, Eric Stiles, Taylor Teichman, Stephanie Townsend, Karla Vierthaler, y Mira Yusef. Edición: Karen Litterer y Norio Umezu Hall Cabe destacar que esta publicación utiliza el pronombre élle/su/de élle (they/them/theirs, en inglés), a fin de reconocer que existen más de dos sexos y afirmar a los sobrevivientes transgénero o aquéllos identificados fuera del espectro binario de sexos. Para esta versión en español, en la medida de lo posible se utilizará una voz impersonal y en su defecto, el pronombre masculino genérico, según lo indicado por las reglas de la Real Academia Española en cuanto a la inclusión de todos los sexos. Esta publicación fue financiada por la Subvención No. 2009-TA-AX-K011, otorgada por la Oficina sobre la Violencia contra las Mujeres, dependencia del Departamento de Justicia de los EE. UU. Las opiniones, hallazgos, conclusiones y recomendaciones expresadas en esta publicación son exclusivamente de los autores y no necesariamente reflejan el punto de vista de la Oficina sobre la Violencia contra las Mujeres, dependencia del Departamento de Justicia. ©Proyecto Nacional de Recursos Compartidos entre Coaliciones contra la Agresión Sexual y el Centro Nacional de Recursos ante la Violencia Sexual 2019. Todos los derechos reservados. Se puede reproducir el contenido de esta publicación acompañado del siguiente reconocimiento: Este material fue reproducido, con permiso, a partir de la publicación del Proyecto Nacional de Recursos Compartidos entre Coaliciones contra la Agresión Sexual y el Centro Nacional de Recursos ante la Violencia Sexual titulada “Adiós al menú: cómo ampliar el alcance de la intercesoría”. Introducción “Para poder especializarme en el trabajo específico con los sobrevivientes de violencia sexual, me di cuenta de que tenía que comprender cómo era su existencia en realidad”.— Tiombe Preston (2008) Cada año, la violencia sexual afecta a miles de personas en distintas etapas de la vida. La experiencia de los sobrevivientes de violencia sexual genera un impacto duradero en la salud física, emocional, psicológica y espiritual. Por diversas razones, los sobrevivientes no siempre buscan apoyo inmediato tras la victimización y es posible que no lo busquen sino hasta meses o años después de haber sufrido el incidente. Es probable que no busquen apoyo en un refugio o programa contra la violencia doméstica ni en un programa dual o de multiservicios centrado en la violencia doméstica. En parte, esto se debe a que los programas duales o de multiservicios generalmente no cuentan con la trayectoria establecida de ofrecer el tipo de apoyo integral y relevante que brindan los programas centrados en crisis por violación (Bergen, 1996; Patterson, 2009; Townsend, 2017). A partir de esta realidad surge la interrogante en torno a cómo se debe brindar un apoyo integral y relevante a los sobrevivientes de violencia sexual y, lo que es más, cómo pueden los programas duales y multiservicios comprometidos al servicio de los sobrevivientes prestar dicha atención. “Intercesoría” (advocacy en inglés, o también, asesoría) es un término amplio, utilizado para describir el tipo de apoyo disponible para cumplir con la gran gama de necesidades de los sobrevivientes de todo tipo de violencia interpersonal. En esencia, la intercesoría para los sobrevivientes de violencia sexual se consolida en su autodeterminación para que así continúen el recorrido hacia la sanación. Los programas duales y de multiservicios, así como los centros de crisis por violación, cuentan con una larga trayectoria y experiencia en la intervención de crisis, así como para ofrecer ayuda e información a los sobrevivientes de violencia doméstica y sexual (Freedman, 2002). Desde sus orígenes en el trabajo comunitario de bases impulsado por las mujeres de color, los primeros esfuerzos contra la violencia sexual se remontan a la época de mediados de los 1800, cuando mujeres afroamericanas e indígenas revelaron ante el Congreso sus experiencias de violencia sexual en sus comunidades, cometida por hombres blancos (Deer, 2015; McGuire, 2010). Las mujeres afroamericanas, al igual que otras comunidades de color, siguieron organizándose durante finales del siglo XIX, formando clubes de mujeres negras para dar respuesta a la incesante violencia sexual durante la posguerra (McGuire, 2010). Estos esfuerzos, entre otros, sentaron las bases del activismo organizado contra los distintos tipos de violencia, incluyendo la violencia sexual y otras formas de opresión. Los años 1970 marcaron la creación formal de los centros de crisis por violación y los centros duales de asistencia ante la violencia sexual y doméstica como espacios seguros de apoyo y ayuda a los sobrevivientes, aunque a menudo sin la inclusión real de las voces de las personas de color. La organización de esfuerzos para ofrecer seguridad y recursos a los sobrevivientes de violencia ha evolucionado durante el último siglo, y sigue creciendo a medida que continuamos expandiendo nuestro conocimiento y comprensión de las necesidades y obstáculos de todos los sobrevivientes. Históricamente, muchos programas duales o de multiservicios han caracterizado la intercesoría como el apoyo disponible en distintos entornos o contextos, lo cual frecuentemente incluye el acompañamiento a hospitales, intercesoría legal y apoyo durante alguna crisis. Este recurso recomienda que los programas duales o de multiservicios replanteen el concepto de intercesoría como algo que ofrezca una mejor respuesta a la gran y variada gama de necesidades de los sobrevivientes de violencia sexual, para que así el alcance de la intercesoría llegue más allá de la atención y apoyo en las líneas de ayuda y en los tribunales u hospitales, incluyendo también el importante apoyo emocional a largo plazo que los sobrevivientes necesitan en distintos contextos a medida que logran su sanación. Las experiencias de los sobrevivientes deben dar forma a los servicios Comprender la diversa gama de necesidades únicas de los sobrevivientes de violencia sexual es fundamental para lograr una intercesoría que refleje dichas necesidades. La violencia sexual es un trauma grave que desestabiliza la vida de los sobrevivientes de innumerables formas y puede durar años. La conmoción, el miedo, el sentimiento de culpa y vergüenza, la sensación de pérdida de control, la preocupación por el individuo que cometió el acto de violencia sexual, las pesadillas, la rabia y la incredulidad se encuentran entre las experiencias más comunes de los sobrevivientes. De igual forma, los sobrevivientes tienen mayor riesgo de padecer distintos problemas de salud física, además de ansiedad, depresión, dificultad para confiar en los demás, trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), trastornos alimenticios y drogadicción (Langton & Truman, 2014; NSVRC, 2010). Cada sobreviviente cuenta con fortalezas y recursos propios (tanto internos como externos) para su proceso de sanación. Entre éstos se encuentran recursos físicos, apoyo de la familia y amigos, estrategias creativas para enfrentar la situación y hobbies o rutinas para procurar el bienestar. Las fortalezas y desafíos de los sobrevivientes afectan tanto sus necesidades como su recorrido a la sanación. Desafíos de los programas duales y de multiservicios al atender a los sobrevivientes de violencia sexual Los servicios ante la violencia sexual dentro del contexto de los programas duales y de multiservicios sufren un conflicto entre sus prioridades, ya que trabajan frecuentemente con personal, recursos, y una compresión limitada de las necesidades que los sobrevivientes de violencia sexual tienen. Los programas que cuentan con refugios a menudo notan que la inmediatez de las necesidades de los sobrevivientes de violencia doméstica dentro del refugio puede superar las necesidades aparentemente menos inmediatas de los sobrevivientes de violencia sexual. Es posible que los servicios esenciales de intercesoría que tradicionalmente prestan los programas duales y de multiservicios no cubren totalmente las diferentes necesidades de los sobrevivientes, dejando así a muchos parcial o totalmente desatendidos (Bergen, 1996; Patterson, 2009). En muchos programas duales y de multiservicios, los intercesores atienden a clientes que necesitan refugio, atención médica, soluciones legales u otro tipo de servicios tangibles. Si bien es posible que los sobrevivientes de violencia sexual también presenten estas necesidades, muchos desean un espacio seguro para hablar sobre la experiencia y reacciones a la agresión. Al buscar apoyo en un programa dual o de multiservicios cuyos servicios de intercesoría se limitan a recursos tangibles (refugio, alimentos, empleo, etc.) es posible que el sobreviviente no logre cubrir todas sus necesidades. Asímismo, muchos programas tienen dificultad para cubrir todas las necesidades de los sobrevivientes de violencia sexual porque el personal no cuenta con la experiencia suficiente para tratar ese tema con los sobrevivientes e incluir el trabajo emocional, físico y espiritual necesario para la sanación. Los programas duales y de multiservicios deben abrirse al trabajo con los sobrevivientes de violencia sexual con necesidades menos concretas que las de costumbre y, respectivamente, priorizar y estructurar los servicios y el personal para manifestar una comprensión integral de la intercesoría (Townsend, 2017). Cada sobreviviente cuenta con fortalezas y recursos propios (tanto internos como externos) para su proceso de sanación. Las fortalezas y desafíos de los sobrevivientes afectan tanto sus necesidades como su recorrido a la sanación. Muchos sobrevivientes no revelan inmediatamente lo sucedido después de haber sufrido una agresión sexual; en caso de hacerlo, por lo general se confiesan con un amigo, familiar u otra persona de confianza. Con frecuencia, los sobrevivientes sienten que no tienen opciones de apoyo y es posible que no conozcan ninguno de los servicios en sus comunidades (por ejemplo: centros de servicios duales o de multiservicios, o centros de crisis por violación). Igualmente, es posible que los sobrevivientes sientan desconfianza, miedo de que los prestadores de servicios no les crean y angustia de que los servicios no sean eficaces (Ahrens, 2006). CÓMO SUPERAR LOS OBSTÁCULOS Existen barreras para los sobrevivientes en búsqueda de servicios, algunas de éstas impuestas involuntariamente por los programas de intercesoría. Dichos programas atienden mejor a los sobrevivientes al reconocer, comprender y disminuir estas barreras. Mediante un proyecto de varios años, con el propósito de precisar las mejores prácticas en la prestación de servicios a los sobrevivientes de violencia sexual, la Iniciativa demostrativa sobre los servicios ante la agresión sexual (SADI, por sus siglas en inglés) concluyó que, a medida que los intercesores fueron comprendiendo más el impacto y necesidades de los sobrevivientes de violencia sexual, los servicios en los programas participantes lograron ser más exhaustivos. Por ejemplo, al evaluar las necesidades de los sobrevivientes, uno de los programas duales/de multiservicios descubrió que la intercesoría vinculada a un sistema o institución específica (legal o médica, por ejemplo) tiene baja prioridad entre los servicios y apoyo que los sobrevivientes buscan. Más bien, los sobrevivientes demostraron mayor interés en encontrar ayuda para comunicar sus necesidades físicas y emocionales, así como también hablar con familiares y amigos sobre sus experiencias. Así, este programa dual/multiservicios aprendió que la formación de un programa sólido significa ofrecer constante apoyo y empoderamiento mediante una variedad de servicios que también incluyan a familiares y amigos; estos son ejemplos de cómo se pueden atender las necesidades de los sobrevivientes. Otros programas duales/multiservicios dentro de la iniciativa SADI aprendieron que hacer cambios en su marca e imagen, como optar por un nombre inclusivo que indique claramente la disponibilidad de servicios ante la agresión sexual o mencionar específicamente dichos servicios en la página web del programa y materiales de promoción, son formas concretas de mejorar la visibilidad de estos servicios en la comunidad (Townsend et al., 2017). Para realizar estos cambios fue necesario el compromiso de la directiva y la institución con el fortalecimiento de los servicios ante la violencia sexual dentro de un contexto dual/multiservicios. Tanto las organizaciones como los individuos afectan significativamente a los sobrevivientes. Los intercesores, como individuos, juegan un papel esencial en la disminución de las barreras que enfrentan los sobrevivientes a la hora de buscar apoyo. En la vida de los sobrevivientes, los intercesores forman parte del grupo reducido de personas que aportan información útil, acceso a recursos y compasión en torno a la situación. Este tipo de apoyo e intercambio de recursos, bien sea mediante una llamada a la línea de ayuda o citas recurrentes en persona, es fundamental en el trabajo de intercesoría. Cómo fortalecer la comprensión de la intercesoría La intercesoría es un servicio fácilmente transferible según el entorno y situación. Se trata de fomentar un entorno seguro, con relevancia cultural y lingüística, en donde los sobrevivientes puedan contar su historia y ser escuchados sin ser juzgados. Los intercesores ayudan a los sobrevivientes a encontrar respuestas a sus dudas, comprender sus opciones y fortalecer su entorno de apoyo (MNCASA, por sus siglas en inglés], 2005). La intercesoría contempla las destrezas empleadas al atender una llamada a la línea de ayuda y ofrecer estrategias creativas para enfrentar los detonantes traumáticos; es responder a la llamada para acompañar a algún sobreviviente al hospital durante una examinación forense; son las consultas semanales en el campus universitario con un sobreviviente, o aquella cita entre las reuniones de personal y la sesión del grupo de apoyo, para atender a un sobreviviente y su familia en el centro local de la comunidad LGBTQ/sexodiversa para considerar opciones y evaluar recursos. La intercesoría requiere flexibilidad, capacidad para escuchar, paciencia, y disposición para comprender la situación de los sobrevivientes. Los intercesores dejan de lado sus propias creencias y metas respecto a la experiencia de la otra persona y trabajan en pro de apoyar activamente la toma de decisiones y sanación de cada sobreviviente. Esta sección detallará los principios que guían el trabajo de intercesoría, así como las cualidades ideales de los intercesores. Cinco principios que guían el trabajo de intercesoría Empoderamiento La intercesoría se sustenta en el entendimiento de que los sobrevivientes son los expertos respecto a sus experiencias y necesidades. Una de las cosas esenciales que un intercesor puede hacer es recordarle este concepto a cada sobreviviente. La violencia sexual perturba el sentido de confianza que cada persona tiene en sí misma y en los demás. Puede generar sentimientos de vergüenza, culpa, baja autoestima y pérdida de la autonomía. La toma de decisiones tras un trauma sexual puede resultar difícil, e incluso cumplir con las propias necesidades básicas puede ser abrumador para los sobrevivientes. La intercesoría sustentada en el empoderamiento fomenta la toma de decisiones por parte de cada sobreviviente. Igualmente, este tipo de intercesoría afirma, da validación emocional y escucha cómo los sobrevivientes identifican sus necesidades. Se enfoca en la compenetración y en la escucha activa para así crear un entorno de apoyo en donde los sobrevivientes puedan evaluar sus opciones y metas. La intercesoría puede sustentar el empoderamiento en las siguientes formas: Al apoyar la decisión de cada sobreviviente respecto al espacio de reunión Al explorar la comprensión de cada sobreviviente de sus propias fortalezas Al darle validación emocional a las decisiones tomadas o sentimientos expresados por cada sobreviviente Al recordarle a cada sobreviviente de su fortaleza y capacidad Alentar a cada sobreviviente a hablar con voz propia Al honrar y apoyar las decisiones de los sobrevivientes, incluso si difieren de las que uno tomaría Al educar a los sobrevivientes sobre las diferentes formas de sanación que existen y recordarles que no hay una manera “correcta” de seguir adelante tras un trauma sexual La intercesoría en acción El mes pasado, un intercesor culminó una serie de cursos educativos de seis semanas en el centro residencial local para jóvenes sin hogar. Hoy, el programa de intercesoría recibió una llamada de una trabajadora del centro residencial, preocupada por algo que un adolescente dijo a la hora del almuerzo, pues le hizo pensar que el adolescente pudo haber sufrido algún tipo de abuso sexual. Una intercesora preguntó si podía hablar con el adolescente por teléfono y éste aceptó. Durante la llamada, la intercesora le preguntó al adolescente si quería reunirse y él acepto, pero le preocupaba que sus compañeros en el centro residencial pudieran enterarse. La intercesora le aseguró al adolescente que no compartiría ninguna información con los otros residentes del refugio. Asimismo, le pidió al adolescente elegir el lugar dónde se reunirían. La intercesora le aseguró al adolescente que podía compartir la información que deseara y que, al reunirse, le informaría sobre sus límites en torno a la confidencialidad, para permitirle así al adolescente tomar una decisión consciente sobre la información que deseara compartir. Relevancia Brindar servicios con relevancia significa que los sobrevivientes consideren al programa de intercesoría como un recurso útil, independientemente de los desafíos que estén enfrentando. Este tipo de servicios se logra solamente cuando los programas se comprometen a evaluar habitualmente el trabajo que realizan y las necesidades de la comunidad. Los programas duales y de multiservicios deben pensar periódicamente en lo siguiente: “¿Están nuestros servicios de intercesoría cumpliendo con las necesidades de los sobrevivientes en nuestra comunidad?” ¿Cómo saben los sobrevivientes en nuestra comunidad que nuestro programa cuenta con recursos y apoyo disponible para cumplir con sus necesidades?” Así como los sobrevivientes de distintos tipos de violencia interpersonal tienen diferentes necesidades, los sobrevivientes de violencia sexual tampoco son un grupo homogéneo. Los programas duales y de multiservicios brindan intercesoría sólida al ofrecer servicios con relevancia para las diferentes poblaciones dentro de la comunidad. Por ejemplo, un programa cuyos servicios se limitan primordialmente a acompañar a los sobrevivientes a hospitales y a la intercesoría legal, no tiene relevancia para un sobreviviente de mediana edad que sufrió abuso sexual en la niñez y busca ayuda para procesar sus recuerdos y sentimientos. Igualmente, es posible que un adolescente que esté siendo acosado por un compañero de clase y no sepa qué hacer, se resista a llamar a la línea de ayuda, pero sí acceda a un servicio por mensaje de texto o chat online, pues este modo de comunicación es más acorde con su generación. A un sobreviviente hispanohablante posiblemente le interese acudir a citas recurrentes de orientación psicológica, pero cancela la segunda cita al darse cuenta de que no hay intercesores hispanohablantes, pues teme batallar para expresar su experiencia con alguien que no hable su idioma. Estos son solo algunos ejemplos que demuestran la importancia de la relevancia, no sólo en los contextos en los cuales se encuentra disponible la intercesoría, sino también en la diversidad de los métodos utilizados y el personal disponible para prestar dichos servicios. Los métodos para asegurar la relevancia de la intercesoría incluyen: Servicios para personas de todas las edades Servicios en distintos idiomas Servicios disponibles para personas con toda clase de capacidades o discapacidades Servicios para sobrevivientes en las distintas etapas de sanación Intercesores que comprendan los desafíos únicos que enfrentan los sobrevivientes con diferentes identidades y experiencias, durante distintas etapas de la vida Servicios con relevancia y fundamentos culturales Métodos de intercesoría que respondan a las distintas maneras en que los sobrevivientes elijan comunicarse de acuerdo a su generación y experiencias La intercesoría en acción Al brindar apoyo a sobrevivientes en una zona mayormente hispana, un programa trabaja en colaboración con los sobrevivientes para iniciar un grupo de cocina que se reúne semanalmente para fortalecer el sentido de comunidad y los nexos entre los participantes. Esta práctica se basa en la noción de que, al establecer fuentes de apoyo y nexos entre los participantes, se estaría ofreciendo a los sobrevivientes apoyo en su sanación con relevancia cultural. Itinerancia Además de las barreras emocionales y psicológicas que los sobrevivientes pueden encontrar al buscar servicios de intercesoría, también existen desafíos logísticos, como recursos limitados, ubicación geográfica y acceso al transporte, que pueden dificultarles el acceso. La intercesoría logra alcanzar a la mayor cantidad de personas cuando se desempeña de forma itinerante y se ubica en lugares fáciles de llegar. La intercesoría itinerante literalmente se refiere a la disponibilidad de los servicios en distintos entornos. Las agencias duales y de multiservicios pueden desempeñar la intercesoría itinerante siendo proactivas y estando presentes en espacios públicos donde los sobrevivientes busquen apoyo, además de ser flexibles y estar dispuestas a organizar reuniones en diferentes lugares, de acuerdo con las necesidades de cada sobreviviente. La intercesoría itinerante reconoce que es posible que a los sobrevivientes se les dificulte el acceso al transporte o se sientan más cómodos en cierto lugar más que en otro. De igual forma, mantener una presencia de forma programada en distintos lugares también sirve como una herramienta de concientización y promoción, pues es más probable que los sobrevivientes acudan a los servicios si éstos se encuentran ubicados en un lugar conveniente y cercano a los espacios que frecuentan. Un enfoque itinerante a la intercesoría: Hace un inventario de los espacios comunes donde los sobrevivientes buscan apoyo y considerar los obstáculos que se deben superar Puede ser fijo (a una hora programada en ciertos espacios como escuelas, instituciones de fe, agencias de servicios sociales y en la oficina), por guardias (en hospitales, agencias del orden público y otros entornos de crisis), y flexible (se puede negociar la ubicación según las necesidades de cada sobreviviente y las pautas del programa) Se pone en marcha gracias al apoyo institucional que confía y empodera al personal de intercesoría a prestar servicios fuera de la oficina del programa y en espacios itinerantes La intercesoría en acción El personal de intercesoría se asocia con un comedor popular local cada quincena. Empiezan a conocer a los voluntarios y a quienes frecuentan el comedor. Tienen información y recursos a disposición y hablan con los voluntarios y clientes sobre la labor del programa. Conciencia del impacto del trauma Un enfoque de intercesoría con conciencia del impacto del trauma se fundamenta en la comprensión de los efectos del trauma en la vida de los sobrevivientes. Este tipo de intercesoría se basa en los antecedentes, metas y la totalidad del contexto de la experiencia de cada sobreviviente, haciendo hincapié en la libertad de opciones, el empoderamiento y el apoyo con relevancia cultural. Igualmente, visualiza todas las partes de la intercesoría a través de una perspectiva que logra entender cómo la violencia afecta todos los aspectos de la vida de los sobrevivientes. Este conocimiento luego se utiliza para ajustarse a las diversas necesidades holísticas de los sobrevivientes de violencia sexual. La intercesoría se imparte de modo que se evita la retraumatización involuntaria y facilita la toma de decisiones por parte de cada sobreviviente. Para integrar un enfoque de intercesoría con conciencia del impacto del trauma, es posible que sea necesario: Fortalecimiento de capacidades, como por ejemplo: incorporar la comprensión del trauma en todos los niveles del programa para asegurar que la atención con conciencia del impacto del trauma sea parte clave de las operaciones de la organización; expansión de las perspectivas del personal y comprensión de cómo las diferentes estrategias para sobrellevar la situación representan una adaptación ante las experiencias traumáticas; capacitación, consultoría y supervisión continua para el personal; además de evaluaciones y modificaciones periódicas de las prácticas institucionales para incorporar los principios de la atención con conciencia del impacto del trauma Implementar enfoques según las fortalezas de los sobrevivientes, en vez de técnicas basadas en sus debilidades Asegurar que los sobrevivientes se sientan seguros en el entorno actual Actuar con conciencia de los potenciales detonantes traumáticos Consultar con cada sobreviviente para determinar si cuenta con los recursos y apoyo adecuado, además de ayudarles a encontrar nuevos recursos Respetar la privacidad y confidencialidad Consultar con cada sobreviviente para aclarar cuáles son sus necesidades Comunicación y acciones constantes y confiables Apoyar la toma de decisiones de cada sobreviviente La intercesoría en acción Una sobreviviente se quedó más tiempo tras un evento de concientización en la comunidad y pidió hablar con el personal de intercesoría por un momento. Les dijo lo agradecida que se sintió de haber estado en el evento, pero se le vinieron algunos recuerdos a la mente. Explicó que su tío, la persona que la abusó repetidas veces, había fallecido recientemente y tras ello, se sintió aliviada e incluso feliz, pero que también se sentía horrible por sentirse así. Durante casi una década después de finalizado el abuso, estuvo batallando con un trastorno alimenticio y depresión. Describió cómo “logró llegar a un mejor lugar” a lo largo de los últimos años, pero le preocupaba ver que estaba comiendo menos y sintiéndose triste y desesperanzada estas últimas semanas. Entre lágrimas, se rio y dijo, “Deben pensar que estoy loca por aún seguir destrozada por todo esto”. Unó de los intercesores respondió, “Parece que has hecho todo para enfrentar lo que sucedió. No creo que estés loca para nada. Puede ser frustrante, pero en el caso de muchos sobrevivientes, el impacto del trauma se va sintiendo en fases, a veces menos y a veces mucho más. Parece que estás empleando todo lo que sabes hacer para sobrellevar la situación. ¿Quieres programar una cita para reunirnos y hablar más?” Colaboración La colaboración es una parte esencial de la intercesoría que permite el intercambio de poder y toma de decisiones con los sobrevivientes para fomentar el empoderamiento y crecimiento personal. El empoderamiento se sustenta en las relaciones sólidas con colaboración mutua, donde se reconoce a los sobrevivientes como los expertos en sus propias experiencias. Un enfoque de colaboración también permite a los intercesores seguir aprendiendo de los sobrevivientes a quienes atienden y así mejorar sus destrezas de intercesoría. Las características de la colaboración en la intercesoría con los sobrevivientes pueden ser: Consultas recurrentes con los sobrevivientes para fomentar una comunicación franca e invitarles a compartir sus experiencias con los servicios. Dichas oportunidades brindan un espacio para que los sobrevivientes hablen sobre qué está funcionando y qué no. Apoyar a los sobrevivientes a que fijen sus propias metas y prioridades, con una intercesoría que se adapte y ayude a los sobrevivientes a cumplir sus metas establecidas. El uso de la técnica de escucha activa y frases que demuestran comprensión para destacar la sabiduría de cada sobreviviente y su capacidad de tomar decisiones de forma autónoma; la intercesoría apoya las decisiones de los sobrevivientes y evita dar consejos. El trabajo de intercesoría requiere de flexibilidad, capacidad para escuchar, paciencia y disposición para comprender la situación de los sobrevivientes. Los intercesores dejan de lado sus propias creencias y metas respecto a la experiencia de la otra persona y trabajan en pro de apoyar activamente la toma de decisiones y sanación de cada sobreviviente. Esta sección detallará los principios que guían el trabajo de intercesoría, así como las cualidades ideales de los intercesores. La colaboración también es relevante en términos del trabajo de cada intercesor con otros prestadores de servicios. Este elemento es esencial para comprender claramente el alcance y límites del trabajo de intercesoría y, específicamente, saber dónde termina el papel de los intercesores y dónde comienza el de otros prestadores de servicios. La colaboración entre intercesores y otros servicios puede ayudar a asegurar que los sobrevivientes cuenten con información precisa y acceso a los recursos. Este tipo de colaboración sólida también busca que las interacciones entre los distintos servicios sean congruentes y cumplan con las expectativas mutuas. Colaborar con otros profesionales que prestan servicios a víctimas y demás programas comunitarios puede fortalecer los servicios que reciben los sobrevivientes, ya que al compartir filosofías, prácticas e información se ayuda a brindar servicios sin interrupciones, disminuyendo el potencial de retraumatizar a la persona. Entre las características de la colaboración con otros prestadores de servicios y entes comunitarios encontramos: Una colaboración proactiva con los prestadores de servicio para establecer procedimientos y protocolos antes de que los sobrevivientes se enfrenten con otros sistemas e instituciones, a fin de permitir que todas las partes tengan información con anterioridad Relaciones sólidas con los programas con relevancia cultural que permitan a los intercesores trabajar en colaboración y referir a las personas a dichos programas para así apoyar las necesidades integrales de los sobrevivientes de distintas culturas Intercambio de información con los prestadores de servicio y capacitación en múltiples áreas, incluyendo el rol, beneficios, y limitaciones de los servicios disponibles; esta información puede potenciar la comprensión que los intercesores tienen sobre los servicios que existen y los procesos a los que los sobrevivientes se enfrentarán al buscar servicios. Reuniones recurrentes, como juntas de colaboración entre líderes comunitarios de confianza y socios comunitarios, así como con equipos coordinados de respuesta, como los equipos SART, con la meta de brindar un canal de comunicación entre los profesionales y prestadores de servicios para fortalecer la atención a los sobrevivientes. La intercesoría en acción Durante una reunión semanal, una sobreviviente indicó sentir temor sobre su próxima audiencia respecto a la guarda y custodia de sus hijos. Cualquier cosa vinculada con el sistema judicial es un detonante traumático y le trae memorias de la violencia sexual continua que sufrió en hogares de transición durante la niñez. El intercesor le preguntó a la sobreviviente qué la ayudaría a manejar el estrés. La sobreviviente pidió que la ayudara a escribir algo para decir en la audiencia. El intercesor aceptó y se ofreció a tomar apuntes mientras la sobreviviente hablaba de las cosas que quería decir durante la audiencia. La sobreviviente mencionó que esto la ayudaría y pidió la presencia del intercesor en la audiencia. El intercesor aceptó estar allí para apoyarla. Estas partes clave de la intercesoría ayudan a crear bases sólidas para replantear prácticas fundamentadas en las experiencias y necesidades de los sobrevivientes. Igual de importantes son las características que aportamos como intercesores para sustentar una relación de empoderamiento con los sobrevivientes que atendemos. Al evaluar la relación de apoyo entre intercesores y sobrevivientes, se puede conocer más sobre las cualidades esenciales de los intercesores que fomentan una relación exitosa entre ambas partes. Cualidades de los intercesores eficaces1 Sensibilidad a los factores culturales, condiciones sociales e identidades personales Los intercesores deben entender cómo los factores culturales, condiciones sociales e identidades afectan la experiencia de violencia sexual de cada sobreviviente. La relación entre sobrevivientes e intercesores se fortalece considerablemente cuando el personal intercesor demuestra su conocimiento y respuesta adecuada con diferentes grupos socioculturales. Esto involucra estar consciente de cómo la cultura propia puede afectar la experiencia de uno. Es de suma importancia no hacer suposiciones según generalizaciones o estereotipos. Hay que dejar espacio para que cada sobreviviente pueda compartir cómo su cultura e identidad influyen en su vida y en la percepción de sus experiencias. 1 Del texto Violencia sexual en Minnesota: un manual de recursos para intercesores (pp. 163-164), por la Coalición contra la agresión sexual en Minnesota, St. Paul, MN: Autores. Derechos de autor 2007, por la Coalición contra la agresión sexual en Minnesota (Minnesota Coalition Against Sexual Assault). Adaptado con permiso. Empatía La relación entre sobrevivientes e intercesores se beneficia con la capacidad del intercesor de percibir correctamente la experiencia de cada sobreviviente y comunicar dicha percepción. Esto no significa que un intercesor tiene que haber sufrido violencia sexual para empatizar con un sobreviviente, ni que un intercesor debe saberlo todo. Más bien, los intercesores deben sentir empatía sobre el trauma causado por la experiencia de la persona. Puede ser difícil identificarse totalmente con personas cuyas circunstancias de vida, estrato socioeconómico, raza o grupo étnico y orientación sexual difieren de la propia; por esto es necesario no hacer mucho énfasis en las similitudes. En cambio, lo primordial es interesarse y preocuparse por las circunstancias particulares de cada sobreviviente y demostrar empatía. Respeto La violencia sexual es una experiencia traumática y, por tanto, el respeto es un elemento importante que influyen en la relación de ayuda. La noción de respeto insiste en que los intercesores demuestren apreciación genuina del valor de cada sobreviviente, incluyendo sus experiencias y conductas. Esto implica defender el derecho que cada sobreviviente tiene de tomar sus propias decisiones, a su percepción y testimonio de la situación, así como a su capacidad de superar las dificultades que enfrenta. Calidez Nuestra energía y lenguaje corporal pueden fijar la atmósfera de nuestras interacciones con los sobrevivientes. La calidez genera un sentido de atención, interés y tranquilidad que puede convertirse en confianza. Es posible transmitir calidez de muchas maneras, particularmente de forma no verbal. Los intercesores deben ser conscientes de que los gestos no verbales, como el lenguaje corporal, el contacto visual y las expresiones faciales comuniquen un mensaje apropiado. Sinceridad Los intercesores deben ser auténticos al trabajar con sobrevivientes de violencia sexual, teniendo en cuenta no adoptar ninguna conducta ni expresar opiniones que no sean genuinas. Ser sinceros permite que los intercesores puedan relajarse y enfocarse en cada sobreviviente, en vez de su propia conducta o apariencia. La sinceridad transmite a cada sobreviviente la credibilidad y disposición de los intercesores. Claridad y transparencia Una de las reacciones comunes ante la violencia sexual es un sentido de desorientación, que puede desencadenar impotencia y confusión. Debido a esto, los intercesores deben hablar claro y dar detalles específicos al interactuar con los sobrevivientes. Sin embargo, esto no significa dar consejos innecesarios ni instrucciones, sino más bien brindar información detallada en términos concisos y fáciles de entender. Esto ayuda a los sobrevivientes a enfocarse en el presente, para lidiar con los problemas en el aquí y ahora. Conclusión La intercesoría alcanza su mayor impacto cuando los intercesores poseen un conocimiento amplio de las implicaciones sociológicas, psicológicas, físicas y espirituales de la violencia sexual y, a la vez, mantienen con el mismo fervor, la esperanza y el apoyo hacia la sanación. Cuando abordamos la intercesoría como ese trabajo esencial que se lleva a cabo en todos los entornos, desarrollamos una conciencia de las diversas formas en que los sobrevivientes pueden ingresar a un programa. Esto nos permite comprender que los servicios de intercesoría tienen mayor impacto cuando no dependen tanto del papel de los sobrevivientes dentro de un sistema o entorno en particular, sino que más bien son impulsados por las necesidades de cada sobreviviente. La intercesoría integral logra realmente comprender la situación de los sobrevivientes. Se lleva a cabo con intención y flexibilidad. Este tipo de intercesoría evita dar directivas e instrucciones o parámetros artificiales que no abren espacios para el trabajo de sanación que los intercesores, con sus destrezas únicas, realizan para apoyar a los sobrevivientes. Los intercesores que trabajan con sobrevivientes de violencia sexual juegan un papel integral en el proceso de sanación. Ampliar la visión en torno a la intercesoría les permite a los programas duales y de multiservicios brindar atención relevante, que refleje las diversas necesidades de los sobrevivientes, permitiendo así que más sobrevivientes reciban el apoyo y recursos que se merecen. Fuentes consultadas Ahrens, C. E. (2006). Silenciados: el impacto de las reacciones sociales negativas ante la divulgación de una violación. American Journal of Community Psychology, 38, 263–274. doi:10.1007/s10464-006-9069-9 Bergen, R. K. (1996). Violación de esposas: comprensión de la respuesta de las sobrevivientes y prestadores de servicios. Thousand Oaks, CA: Sage Publications. Deer, S. (2015). El comienzo y el fin de la violación: confrontación de la violencia sexual en la población indígena de los Estados Unidos. Minneapolis, MN: University of Minnesota Press. Freedman, E. B. (2002). Ni un paso atrás: la historia del feminismo y el futuro de las mujeres. New York, NY: Ballantine Publishing Group. Golding, J. M. (1999). Historia de la agresión sexual y los problemas físicos de salud a largo plazo: pruebas a partir de la epidemiología poblacional y clínica. Current Directions in Psychological Science, 8, 191–194. doi:10.1111/1467-8721.00045 Langton, L., & Truman, J. (2014). Impacto socio-emocional de los delitos violentos (NCJ 247076). Consultado en el Departamento de Justicia de los EE.UU., Oficina de Estadísticas Judiciales: www.bjs.gov/content/pub/pdf/sivc.pdf McGuire, D. L. (2010). Del lado oscuro de la calle: mujeres negras, violación y resistencia New York, NY: Vintage Books. 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