LECCIONES PARA LOS PROGRAMAS LOCALES 1. Los servicios ante la agresión sexual no se pueden prestar de manera realmente efectiva y accesible si el programa no entiende ni cuenta con una respuesta directa al racismo y la opresión. 2. Para ser realmente efectivos, los programas deben tener clara su identidad institucional como proveedores de servicios para los sobrevivientes de violencia sexual. Reconocer las marcadas y coincidentes necesidades de los sobrevivientes de violencia sexual y doméstica no es una cuestión de filosofía nada más. También tiene implicaciones prácticas en torno a cómo se administran los programas duales y de servicios múltiples y cómo se responsabilizan por el trabajo que realizan. 3. A fin de que los servicios ante la agresión sexual sean sostenibles, se requiere un apoyo expreso de parte de toda la agencia. Las políticas y procedimientos (incluyendo el perfil de los puestos de trabajo, los formularios de la agencia, etc.) hacen que los servicios ante la agresión sexual sean una parte más integral del trabajo de la organización, aseguran que los papeles y responsabilidades del personal estén definidos claramente y brinden apoyo al trabajo basado en el conocimiento del impacto del trauma. 4. Un liderazgo estable y con capacidad de empoderar a los demás es fundamental para lograr cambios institucionales exitosos. Un liderazgo estable y con capacidad de empoderar a los demás requiere una comunicación directa, abierta y transparente. 5. Los programas deben prestar atención al bienestar de su personal y de la organización en su totalidad. Se ha comprobado que la medida en que los programas brinden apoyo a su propio personal influye directamente en la calidad de servicios que se pueden prestar a los sobrevivientes. 6. Es necesario que los programas den prioridad a la capacitación fundamental, en profundidad y continua, centrada específicamente en la respuesta ante la agresión sexual. Este tipo de capacitación debe integrar marcos de trabajo anti-opresivos y basados en el conocimiento del impacto del trauma para abordar las necesidades únicas y multifacéticas de los sobrevivientes de violencia sexual. La capacitación ante la agresión sexual también debe dar prioridad a las destrezas de asesoría basadas en la escucha activa, la empatía, el desarrollo de afinidad y confianza, el empoderamiento y la colaboración. 7. Es necesario que los programas ofrezcan servicios que cumplan con las necesidades de los sobrevivientes de violencia sexual. Cuando los programas presentan fallas en la comprensión fundamental del trauma tras la agresión sexual y la asesoría, y son deficientes en políticas que brinden apoyo a los servicios ante la agresión sexual, éstos tienden a dirigir sus esfuerzos hacia los servicios tangibles que responden a las necesidades físicas inmediatas de los sobrevivientes que atienden. Pero, más allá de estas necesidades en el momento de la crisis, existe una amplia gama de necesidades y experiencias diversas entre los sobrevivientes de agresión sexual. Para poder prestar servicios integrales a los sobrevivientes, los programas deben atender toda la gama de experiencias de los sobrevivientes y la variedad de necesidades que existen más allá de la respuesta inmediata ante una crisis. Cuando los programas se fundamentan sobre marcos de trabajo anti-opresivos y basados en el empoderamiento, éstos brindan una respuesta a las necesidades multidimensionales de los sobrevivientes, afirman que los sobrevivientes son los expertos respecto a sus propias experiencias y logran abordar las necesidades físicas, sociales, emocionales y espirituales de los sobrevivientes de la agresión sexual, sus familias y aliados. 8. Los programas sólidos y bien establecidos reciben el cambio y el crecimiento con los brazos abiertos. La potenciación de los servicios ante la agresión sexual en programas duales o multiservicios requiere que los programas reconozcan que los sobrevivientes de agresión sexual no están recibiendo la atención que merecen actualmente. Se requiere una receptividad a cambios radicales que vayan más allá de simples cambios a los programas existentes. Los programas deben abordar con valentía un proceso de autoevaluación honesta y crítica, con introspección respecto a si, como organizaciones, están listos para decir, “No sabemos qué es lo que no sabemos” y aceptar comentarios y sugerencias en todas las áreas, inclusive aquéllas en las que se pensaba que se estaba haciendo un buen trabajo. © 2019 El Proyecto de intercambio de recursos de la Coalición Nacional contra el Agresión Sexual, la Coalición contra el Asalto Sexual de las Mujeres Indias de Minnesota, la Organización Nacional de Asiáticos e Isleños del Pacífico que terminan con la Violencia Sexual y el Centro Nacional de Recursos para la Violencia Sexual. Todos los derechos reservados Esta publicación es apoyada por la subvención No. 2009-TA-AX-K011 otorgada por la Oficina de Violencia contra la Mujer, Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Las opiniones, hallazgos, conclusiones y recomendaciones expresadas en esta publicación son las del autor y no necesariamente reflejan los puntos de vista del Departamento de Justicia, Oficina de Violencia contra las Mujeres.