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Lecciones sobre el acceso y la justicia del lenguaje, de HEART Women and Girls

Fondo rojo (sobre el tema de la serie de blogs) de una persona de pelo largo en su computadora portátil con los pies en alto. Es una imagen abstracta animada

HEART fue fundada en 2009 en Chicago por Nadiah Mohajir y Ayesha Akhtar, después de que lanzaron un taller de un día para que madres e hijas musulmanas aprendieran sobre la pubertad, el sexo y las relaciones sanas. Más información sobre HEART.

 

En esencia, brindar servicios con acceso al idioma y elaborar un marco de justicia del lenguaje es cuestión de propagar el conocimiento y derribar las barreras que perpetúan la marginación de diferentes grupos. Dado que la mayoría de las tecnologías, proveedores de servicio y materiales informativos utilizan el idioma inglés, las personas que viven en los Estados Unidos que no pueden leer el idioma inglés a menudo se quedan atrás, sin acceso a recursos.

El público principal de HEART son las comunidades musulmanas en todo Estados Unidos, que conforman una de las comunidades internacionales más diversas. Con una amplia gama de creencias, identidades, afinidades culturales y prácticas religiosas, los musulmanes se encuentran representados en más de 2300 grupos étnicos y lingüísticos a escala internacional. El trabajo de HEART es promover la salud sexual, la educación sobre el sexo y la prevención de la violencia sexual dentro de estas comunidades diversas. Muchos de nuestros esfuerzos por ampliar y proporcionar servicios en estos espacios han asumido un compromiso con la justicia del lenguaje, con la finalidad de asegurar que nuestro público pueda entender eficazmente la información vital que ofrecemos, a la vez que nos comunican sus propias necesidades. Para nosotros, esto se manifiesta al no suponer conocimientos o experiencias y más bien, reconociendo que la perspectiva de cada persona musulmana es específica y difiere entre una persona y otra. Desde brindar traducciones en varios idiomas, hasta proporcionar acceso y aclaraciones sobre las interpretaciones no convencionales de textos religiosos, nuestro recorrido hacia la integración del acceso al idioma se ha dado a través de medidas pequeñas pero significativas. 

En el otoño de 2020, HEART trabajó en colaboración con el Movimiento para la salud mental bengalí (Bengali Mental Health Movement) para responder ante una serie de incidentes que afectaron a la comunidad bengalí en la zona metropolitana de Nueva York. HEART colaboró con la organización para desarrollar y traducir folletos informativos al idioma bengalí. Nuestro trabajo no solo buscaba garantizar una comprensión literal de los materiales, sino también aportar una óptica con sensibilidad cultural que utilizara la terminología más conocida entre esa audiencia en particular. Hacer pequeños ajustes a la redacción e investigar la connotación de ciertos términos generó un cambio significativo en la manera en que la comunidad recibió los materiales y se abrieron canales de comunicación. El proyecto, entre muchos otros, nos indica a nosotros y a otras organizaciones similares, la importancia del acceso a los idiomas. 

Otras maneras en las que trabajamos para establecer el acceso a diferentes idiomas son:

  • traducción de documentos y frases religiosas populares
  • presencia de un intérprete de lengua de señas estadounidense en eventos grandes
  • incorporación de descripciones de imágenes y subtítulos en nuestros recursos en Internet
  • incorporación de traducciones y definiciones para explicar la jerga académica 
  • consulta constante entre nuestro equipo para asegurar que todos los participantes involucrados, bien sea los asistentes a un evento o los organizadores, se entiendan e interactúen mutuamente. 

Como una organización enfocada en la salud y el bienestar sexual, hemos observado que las pocas herramientas que existen para personas a quienes se les ha hecho daño frecuentemente pasan por alto el acceso al idioma, lo cual perpetúa importantes desigualdades en la salud. A menudo, las personas que enfrentan estas barreras no pueden revelar sus necesidades por completo o no pueden interactuar con el complejo sistema de atención médica. El acceso al idioma establece una parte esencial de la equidad en salud al permitir que las personas puedan tomar decisiones de salud bien informadas, comunicar sus necesidades, evaluar sus opciones de salud y seguro médico e incluso contextualizar su experiencia en el ámbito médico. Dentro de la comunidad musulmana, hemos encontrado una menor calidad en la atención médica dirigida a las personas musulmanas con expresión de género femenina debido al vocabulario islamofóbico de género que utilizan los proveedores de atención médica. La islamofobia de género ocurre cuando las instituciones estatales convierten en arma las distintas formas de violencia de género para justificar el control, abuso y opresión de los musulmanes. Esto se manifiesta a través de las interpretaciones religiosas convencionales y los estereotipos dañinos que contextualizan las interacciones de los proveedores con los pacientes: atención inadecuada (por ejemplo: ignorar o minimizar dolores y síntomas), suposiciones dañinas sobre qué tipo de tratamientos podría desear un paciente musulmán (sobre todo relacionado con aborto o anticonceptivos), e incluso creencias homofóbicas que influyen en la consulta (por ejemplo: suponer que no existen musulmanes LGBTQ).  

Más allá de la falta de atención eficaz, muchas personas musulmanas con expresión de género femenina ni siquiera pueden abordar los matices de las interpretaciones religiosas a la hora de hablar de la salud de la mujer. Muchos recursos, aparte de los convencionales, permanecen limitados al ámbito académico, con textos complejos y complicados. A menudo, las personas que buscan respuestas sencillas y directas a sus preguntas no pueden encontrarlas. HEART trabaja para combatir el resguardo de acceso en el ámbito académico, al explicar los textos y brindarles a las mujeres el conocimiento e información que buscan, de manera entendible.   

 Además de traducir recursos, documentos informativos y seminarios, también tenemos el compromiso de incorporar un lenguaje con conciencia del trauma en nuestro trabajo. El lenguaje con conciencia del trauma busca crear espacios seguros sin prejuicios y sin vocabulario innecesariamente inaccesible, enfocado en la comodidad y comprensión por parte de quienes deseamos ayudar. Bien sea que se trate de cambiar nuestra forma de expresarnos y términos al hablar sobre sobrevivientes y de quienes han hecho daño, o permitir que las personas se identifiquen como desean que se les llame, el lenguaje con conciencia del trauma centra las necesidades de los más afectados. Es posible que haya personas en nuestro público que no se consideren víctimas de violencia sexual y otros quizá prefieran que se les llame “sobrevivientes”. Independientemente de cuál término prefieran, al igual que el acceso al idioma, esto es algo específico y difiere según cada persona.  

 Durante la pandemia, muchos de estos obstáculos de accesibilidad aumentaron. Debido a que muchas herramientas de salud y bienestar hicieron la transición al mundo virtual, grandes sectores de la población se quedaron atrás. Para aquellos sin acceso a Internet, herramientas electrónicas o conocimientos tecnológicos, se creó un nivel adicional de exclusión. Mientras que, para algunos, la traducción, los subtítulos y las herramientas de audio se hicieron más accesibles, otros enfrentaron mayor aislamiento e incapacidad de poder conectarse o definir su comunidad. Sin accesos físicos que definieran a las comunidades y sus integrantes, muchas personas se sintieron perdidas, sin poder crear esas mismas conexiones ni ampliar su red social. La pérdida de acceso a muchos recursos que brindaban los centros y redes comunitarias fue en detrimento de los previos avances que se habían logrado a favor de la accesibilidad. Tomará varios años revertir el impacto de la transferencia de muchos de nuestros servicios de atención médica y otros temas esenciales a un mundo virtual, e incluso muchos más para construir adecuadamente la infraestructura y canales de accesibilidad. 

A medida que vemos a futuro y observamos el trabajo que falta por hacer en este sentido, reconocemos que nuestros métodos y prácticas no son perfectas y no esperamos que lo sean. Parte del proceso de fomentar la inclusión y el acceso equitativo significa entender que habrá errores y que habrá momentos en los que no tendremos la capacidad de abordar totalmente los temas de accesibilidad. En ese momento, la constante innovación y creatividad se vuelven parte del trabajo. Al mirar hacia dónde se dirigirán nuestras próximas medidas y al empezar a abordar el tema de la accesibilidad, seguimos la guía de los activistas que ya se encuentran en estos espacios y potenciamos su trabajo. Mientras seguimos incorporando el acceso al idioma, instamos a quienes apenas inician este recorrido a que se pregunten cómo se manifestará este tipo de justicia en sus comunidades y que sigan centrando las necesidades de sus comunidades. 

 

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