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Seguimiento de las tendencias de Tráfico en América

un grupo de personas cruzando la calle al amanecer de la mañana

La pandemia de la COVID-19 ha mostrado de forma más clara las tendencias y patrones del tráfico, que han sido establecidas desde 1950, así como las nuevas formas de tráfico de personas con el internet. El seguimiento, así como otros crímenes en la sombra, es difícil de entender en su totalidad.

Desde la pandemia, la exigencia para las víctimas ha aumentado para poder cumplir con esta demanda creciente e incremento de vulnerabilidad. A pesar de que California tiene el número más alto de personas víctimas de tráfico por año debido a su población (seguido por Texas y Florida), Nevada tiene el número más alto por capital. Zonas urbanas son zonas clave de tráfico todo y que el tráfico está presente también en zonas rurales. Las victimas de trafico sexual son sujetas a trabajos en ciudades donde existen mas “ clientes “ y donde existen mas posibilidades de pasar desapercibidos, mientras zonas rurales es mas comun la esclavitud de mano de obra en agricultura e industrial.

Zonas de tráfico existen principalmente en las costas Este y Oeste (no incluyendo crímenes por internet), con más zonas concentradas ocurriendo en la costa oeste debido a estados de baja población en contraste con distribución más poblada de ciudades en la costa este. Datos de la pasada década sitúa a Houston, Texas como el número más alto de llamadas a la línea telefónica National Human Trafficking Hotline, mientras Washington DC el número más alto por capita.

Mientras las víctimas de tráfico en zonas urbanas caen más fácilmente en manos de traficantes, en zonas rurales, al tener menos Trabajadores Sociales, Organizaciones, Especialistas de Intervención y personas obligadas a reportar, es más difícil detectarlo. Debido a las diferencias de conformación de cada Estado, las normas y tendencias pueden variar por región. Para obtener información detallada de información de Tráfico Sexual por Estado véase National Human Trafficking Hotline y seleccione la opción "View by State" (ver por estado) en el menú desplegable.

La pandemia COVID-19 ha provocado un aumento sin precedentes en los casos de tráfico humano vía internet. Esto no solo es debido a los mandatos de cuarentena que mantiene la población confinada, sino también a la facilidad de acceso a ofertas en internet. Los traficantes pueden reclutar a sus víctimas desde la comodidad de su casa, manteniendo el anonimato o creando falsas identidades en la red. El Proyecto Polaris señala que los traficantes están ahora desarrollando relaciones online, creando ofertas de trabajo falsas, comercializando o explotando víctimas a través de las redes sociales y acosando o monitorizando a las cuentas de redes sociales de sus víctimas, como parte de sus nuevos métodos. Los niños/as son especialmente los más vulnerables, ya que, a menudo, son convencidos e instruidos de no contar nada a sus padres. Traficantes suelen estar activos en espacios virtuales donde atraen a menores; tales como las diferentes redes sociales, salas chat, videojuegos, aplicaciones de compartir imágenes y/o video y otras plataformas de mensajería virtual. Por naturaleza, al pasar más tiempo online, las personas incrementan el riesgo y exposición no solo al tráfico humano sino a otras interacciones dañinas. 

En general, incidentes o situaciones de crisis correlacionan con tasas más altas de tráfico humano ya que los traficantes dependen y/o buscan esta vulnerabilidad e incluso, a veces, pretenden ofrecer protección y solución. Además, investigaciones muestran que muchas personas elijen trabajo “no formal” después de perder un empleo de forma inesperada. Por ejemplo, estadísticas muestran que existió un incremento de tráfico humano después del desastre del huracán Katrina.

Estas tendencias no solo se han observado en los Estados Unidos, sino a nivel mundial con la pandemia COVID-19. En el mundo, el tráfico humano es básicamente causado por uno de los siguientes cinco factores: 1) Guerras, conflictos y violencia, 2) El negocio lucrativo de la explotación sexual de mujeres y niños, 3) El impacto de un desastre natural, cambio climático o crisis medioambiental, 4) La demanda de mano de obra barata y 5) La percepción de un beneficio fácil debido a esta alta demanda.

Desafortunadamente, datos y metodologías para la estimación de la prevalencia del tráfico humano global y nacional no están totalmente desarrollados.

 

Blog 2: Un panorama de las víctimas.