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Lecciones sobre el acceso y la justicia del lenguaje, de Jane Doe, Inc.

Fondo rojo (sobre el tema de la serie de blogs) con una persona animada poniendo una llave gigante en una gran cerradura

Diana Mancera es la directora de membresía y programas en Jane Doe, Inc. (JDI). Ella desarrolla e implementa las iniciativas de las coaliciones estatales contra la agresión sexual y la violencia doméstica para brindar apoyo a la diversa membresía estatal de la coalición y supervisa la capacitación y asistencia técnica en las áreas de prevención, seguridad tecnológica y programación. Además, es vicepresidenta de Latinos Unidos en Massachusetts (LUMA), una organización sin fines de lucro que protege los derechos, educa, organiza y empodera a las comunidades inmigrantes.

Ariel Valdes (pronombres de género: ella/elle) es coordinadora de capacitación y educación de JDI, antes a tiempo parcial y ahora a tiempo completo desde septiembre 2021. Ariel empezó a trabajar en la organización en 2014 y a lo largo de los años, ha desempeñado una cantidad de cargos de apoyo, desde trabajar con las actividades de recaudación de fondos de JDI, hasta trabajar con la junta directiva de JDI. Como coordinadora de capacitación y educación de JDI, Ariel desarrolla e implementa seminarios en Internet y talleres a través de la iniciativa de capacitación de JDI y apoya las diferentes oportunidades de participación que ofrece la coalición a los programas miembro. Ariel se graduó en 2013 de Merrimack College con una licenciatura en criminología y estudios de la mujer y de género. Actualmente, es estudiante de posgrado a tiempo completo en el programa de maestría en liderazgo en diversidad e inclusión de Tufts University.

 

La justicia del lenguaje no es un recorrido individual: de la obligación al compromiso significativo

“Acceso a los idiomas”, “acceso significativo”, “equidad del lenguaje” y “justicia del lenguaje” (LJ, por sus siglas en inglés) son frases de moda utilizadas para hablar de accesibilidad. Cuando iniciamos nuestro recorrido para identificar y eliminar barreras e impulsar el acceso, la equidad y la justicia tanto para intercesores como para sobrevivientes, empezamos a preguntarnos, ¿cuál es la correcta y cuál no? ¿Cuál aspiramos a practicar y en cuál se debe enfocar nuestra organización? En el camino, comenzamos a entender que estos conceptos ni son lineares ni son independientes unos de otros. Esperamos que compartir nuestras experiencias les ayude en su propio recorrido.

A lo largo de este proceso, nos hemos apoyado tanto en historias globales como en nuestras propias historias personales. La historia nos ha enseñado que los movimientos, los cambios radicales y los compromisos hacia la equidad no los puede lograr una sola persona, por eso optamos por ser co-autoras de este artículo, como parte de nuestro propio proceso para aprender más en conjunto y mutuamente.

 

“El idioma es algo muy íntimo para mí. Nací y crecí en Ciudad de México. Mi primer idioma de comunicación es el español. Sueño en español, hago gestos en español, pienso en cifras en español, hago chistes en español y pronuncio mi nombre en español. El idioma es algo muy personal; se vincula con mi tierra, mi cuerpo y mis relaciones. Mi idioma me permite expresar la totalidad de mi ser y por estas razones estoy comprometida con los esfuerzos hacia la justicia del lenguaje que realmente buscan ser inclusivos de TODAS las personas de diferentes culturas, trayectorias y diferentes perspectivas. ~ Diana

“Como millenial estadounidense de primera generación, nacida en un hogar mestizo, no crecí hablando español. Mi madre creía que hablar inglés era la clave para el éxito y temía que yo viviera la opresión que ella sintió como inmigrante. Hablar inglés significaba poder sobrevivir.

Actualmente, estoy en clases de español y estoy recuperando mi idioma. Un día, estaba hablando con mi abuela y le dije que a veces, sentía frustración al hablar español porque no podía expresarme de la manera en que yo quería. Ella me respondió diciendo que conocía esa sensación y que, de hecho, era la sensación que tenía al tratar de aprender inglés. Desde ese entonces, he estado meditando sobre la relación que existe entre el idioma, la percepción de inteligencia y el capacitismo.

Mi conexión con la LJ empezó en 2019, coincidiendo con mi aprendizaje en torno a la justicia sobre las discapacidades (DJ, por sus siglas en inglés). Para mí, la definición de “capacitismo” escrita por T.L. Lewis es lo que vincula a los conceptos de justicia del lenguaje (LJ) y justicia sobre las discapacidades (DJ). La definición dice, “No tienes que ser discapacitado para verte afectado por el capacitismo”. ~Ariel

 

También queremos reconocer el trabajo de aquellos que vinieron antes de nosotras. Activistas por los derechos civiles como Martin Luther King, Jr., Rosa Parks y muchos antes y desde ese entonces que han exigido igualdad en tratamiento, acceso y oportunidades no solo para las personas Negras, sino para TODAS las personas. Su lucha a favor de la justicia social abrió el camino a la trascendental Ley de Estadounidenses con discapacidades (ADA) que se promulgó en 1990. Según la ADA, la mayoría de las entidades, tanto comerciales como sin fines de lucro, así como instituciones educativas, proveedores de atención médica y servicios gubernamentales, tienen la obligación de brindar adaptaciones “razonables” para garantizar que la comunicación con de personas con discapacidades sea igual de eficaz que la comunicación con personas sin discapacidades.

Aunque la mayoría de las personas conocen cómo la ley ADA aborda las necesidades de personas con discapacidades visuales, auditivas o del habla, las leyes federales también crearon el marco para exigir igualdad de acceso a la comunicación eficaz de manera más amplia. Por ejemplo, organizaciones que reciben fondos de parte de la Oficina sobre Violencia contra las Mujeres tienen la obligación de proporcionar “acceso significativo” a personas con dominio limitado del inglés (LEP, por sus siglas en inglés).

Aunque es un elemento esencial, la obligación de proporcionar “acceso significativo” es solo una parte de la LJ. ¿Qué pasa cuando nuestro trabajo hacia la LJ no es solo una reacción a este mandato? ¿Qué pasaría si nos enfocáramos en los derechos que TODOS debemos tener de comunicarnos en el idioma en el cual nos sintamos más cómodos, auténticos y plenos? ¿Qué pasaría si no aceptáramos la idea de que no hablar inglés con fluidez es una deficiencia?

Allí es donde la justicia del lenguaje juega un papel. En este sentido, las personas se organizan y hacen presión para incluir a otros idiomas y desafiar el idioma dominante, el cual a menudo es el inglés. Esto se conoce como equidad del lenguaje. Al hacer los espacios más accesibles para idiomas aparte del dominante, podemos ampliar los caminos hacia la revitalización y preservación de los idiomas, crear espacios para que las personas se reúnan y fortalezcan el poder de la comunidad y conectar a más personas con recursos de apoyo y sanación.

Los ataques actuales contra el derecho al voto en los Estados Unidos son los intentos más recientes de limitar los derechos civiles de las personas debido a sus identidades, capacidades y dominio del idioma inglés. Las implicaciones de estos retrocesos van más allá del voto, lo cual hemos visto históricamente y se ha manifestado en diferentes formas, como, por ejemplo, las pruebas de alfabetización.

Estas pruebas de alfabetización eran capacitistas (y racistas, entre otras cosas) pues equiparaban al inglés como el idioma “dominante” o “apegado a la norma”. La capacidad de una persona de hablar, leer o escribir en inglés con fluidez se utilizaba para medir su “inteligencia”. Aunque estas pruebas se prohibieron, nos sentimos inspiradas por los activistas que, por largo tiempo, han estado ideando estrategias para trastocar este tipo de dominación.

¿Por qué hablamos de pruebas de alfabetización en este artículo?  Porque nos recuerda las maneras en que los sobrevivientes que no hablan el idioma dominante se siguen dejando atrás, excluidos y expuestos al riesgo cuando tratan de buscar servicios.

Dado a que somos dos personas que tienen experiencia propia con el acceso y la equidad del idioma, nos entusiasma jugar un papel para apoyar a JDI y a sus integrantes a avanzar de la simple obligación hacia una postura institucional en la que nuestros recursos, prioridades y prácticas se dediquen intencionalmente a la justicia. En nuestro recorrido colectivo, hemos aprendido mucho, nos ha faltado mucho y seguimos aspirando a hacer las cosas mejor. Como organización, JDI ha adoptado políticas para remunerar a los empleados actuales y futuros que puedan demostrar sus habilidades bilingües (o multilingües) en los cuatro idiomas más populares hablados en Massachusetts. JDI también ha incluido la lengua de señas estadounidense (ASL, por sus siglas en inglés) como uno de los idiomas en los que un empleado puede demostrar su habilidad. En el presupuesto organizacional, JDI ha incluido una partida para los servicios de accesibilidad, incluyendo la interpretación en ASL, la traducción para el acceso comunicacional en tiempo real (CART, por sus siglas en inglés) e interpretación simultánea en cualquier idioma distinto al inglés.

 

Actualmente, JDI está desarrollando un proyecto con dos organizaciones: un programa contra la violencia doméstica que atiende a las personas Sordas, Sordociegas, Sordas a una edad avanzada y/o con dificultades auditivas (HOH, por sus siglas en inglés) y una organización de bases, liderada por voluntarios, que proporciona oportunidades de mentoría a los intérpretes de ASL oyentes y Sordos. El objetivo es expandir la cantidad de intérpretes ASL que conozcan la terminología y el lenguaje del movimiento antiviolencia, que incluye palabras sobre la agresión sexual, violencia doméstica, equidad racial, sanación y más. Además, estamos enfocándonos en estrategias para apoyar a intérpretes Negros, Indígenas y de Color (BIPOC, por sus siglas en inglés), debido a que solo hay apenas unos pocos en el estado.

 

Una de las numerosas disparidades que resaltó y exacerbó la pandemia de COVID-19 en los programas contra la agresión sexual/violencia doméstica (SADV) en Massachusetts fue la marginación debido al idioma. A través de conversaciones con programas de SADV específicos para un grupo lingüístico, nos enteramos de que los proveedores de servicios específicos para una cultura estaban soportando una carga desproporcionada a fin de cumplir con las necesidades de los sobrevivientes LEP. Específicamente, estos programas y los intercesores bilingües tenían que cumplir el papel de intérpretes/traductores para compensar las brechas en acceso a servicios en diferentes idiomas de parte de las agencias estatales.  Por lo tanto, JDI se enorgullece en apoyar una propuesta de ley que se envió a la legislatura estatal de Massachusetts, Una ley relacionada con el acceso al idioma y la inclusión, que exigiría a las agencias estatales cumplir con las necesidades de acceso al idioma de todas las personas en el estado. 

 

La historia nos ha enseñado que centrar nuestros esfuerzos en las experiencias y voces de las personas marginadas, los más afectados y los sobrevivientes que enfrentan desafíos en la búsqueda de acceso a las necesidades básicas debe ser parte fundamental de nuestro trabajo. La pandemia destacó la importancia de centrar nuestros servicios en torno a las personas cuyo medio principal de comunicación no es el idioma inglés. Diseñar un acceso significativo a los servicios, crear espacios multilingües donde todos se puedan comunicar mutuamente e invertir recursos (tomarse el tiempo de aprender y desarrollar relaciones, y sí, ¡recursos monetarios!) son solo algunas de las medidas que estamos tomando en este recorrido.

 

Como un movimiento que se esmera por enfocarse en el apoyo a los sobrevivientes en todas las formas posibles, la justicia del lenguaje es un recurso vital para poder procesar traumas, conectarse con sistemas de apoyo y reestablecer la autonomía personal. Después de todo, el idioma no solo es una herramienta para promover la justicia social y racial, sino que también es un camino hacia la sanación.

 

Recursos adicionales

 

Justicia del lenguaje: Seminario web: creación de espacios y movimientos multilingües presentado por Cenzontle Language Justice Cooperative y Campaign for Southern Equality

 

Kit de herramientas para la justicia del lenguaje: Estrategias multilingües para la organización comunitaria por Communities Creating Healthy Environments (CCHE)

 

Del acceso al idioma a la justicia del lenguaje: Cómo centrar las voces de los sobrevivientes en el movimiento antiviolencia, 2019 por Asian Pacific Institute on Gender-Based Violence (API-GBV)

 

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